Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de 2016

La palabra utópica en el Festival de la Palabra

“Los gobiernos nos dominan porque producen discursos, producen ficciones”. Manolo Núñez              El pasado martes, 18 de octubre de 2016, se realizó un panel compuesto por Manolo Núñez, Susana Baca, Ricardo Pereira y Ernesto Quiñones en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico como parte de las actividades patrocinadas por el Festival de la Palabra.  En el panel se planteó a la palabra como utopía y la relación entre utopía, literatura y cultura, conceptos que no pueden concebirse autónomos sino en constante correlación entre unos y otros.  Partiendo de los argumentos que mencionaron los panelistas y, más específicamente de las palabras de Manolo Núñez, hablar de utopías -de las utopías literarias y culturales- también es hablar de distopías, sobre todo, de la distopía de la imagen hipermoderna.  Nos encontramos en una sociedad donde la distopía se presenta desde la imagen que acosa constantemente al sujeto buscando descomponerlo para implantar una política, una

Valdmontismo, nuevas tendencias artísticas

He aquí que nos hallamos ante el imperio de las imágenes. ¿Qué tiene que decir entonces -si es que algo queda por decir- otra imagen entre la multiplicidad de reproducciones gráficas potenciadas hasta lo infinito? Realidad vertiginosa la nuestra entre tantas imágenes sinsentido, sin consigna. No hacen más que llenarnos de angustia con su absurdidad y naturaleza pasajera. ¿Qué tiene que hacer entonces -si es que algo queda por hacer- otra imagen entre la multiplicidad de reproducciones gráficas potenciadas hasta lo infinito? La imagen viene a demostrarlo todo, a evidenciarlo todo, a dar certezas para imponer su imperio. La imagen viene a desmaterializar vertiginosamente nuestra realidad desarticulada. Pero no toda imagen es cierta, ni vertiginosa, ni desarticulada. Hay imágenes que vienen a articular, a rehacer, a reconstruir con otros imperios que ya no son los mismos. Es la ilustración valdmontiana la que viene a abrir subjetividades y puntos de encuentro que hace mucho la

A Leticia, a sus manos, a la casa de madera

De niña -si es que en algún momento dejé de serlo- siempre soñé con una casa gigante. Toda de cemento, con terraza y un patio interior. Sentía la lujuria de un sueño con piscina y azotea. Pero hoy, de repente, lo negué todo. Supe, sumiéndome en premoniciones, que ya no quería soñar con cemento. Quizá fueron sus manos pequeñas las que me sugerían una minúscula casa de madera. Una casa donde no se perdieran las ansias al cruzar la puerta y las encontrase siempre delatadas por el chirrido del árbol viejo a fuerza de sostenerme. Es más humano tener una casa de madera. No podía ser cualquier casa; tenía que ser de madera como mi piel y la de ella. Tenía que ser pequeña como sus manos para no quebrantar esa sencillez que imponían sus dedos. Tampoco podía faltar el patio, uno enorme que diera al horizonte. Solo así podríamos ser niñas y jugar a amarnos en esa eterna disposición de lo inmenso en las olas del viento. Leticia nunca opinó al respecto, pero siempre supe que prefería el

La noche trae luces consigo

Yo solo quise morir. Así como quien sin más se corta las venas o se lanza al metro para arrollarse el alma de asombro. Quise morir desde la fatalidad inicua de mi niñez. Recuerdo desde los cinco años andar como desalmada, con la frustración de la vida pegada cual sello en el hígado. Pero de este décimo piso no puedo lanzarme, el balcón está cubierto de rejas. Y pensar que estoy sola, como siempre. Acaso alguien llegará mañana. ¿Las rejas tendrán sentido? De seguro, su vida también pasa lenta. ¡Já! ¡Tan seguras de sí mismas! ¡Tan rectas! Imposible. Debe ser mentira esta cosa. No tiene sentido. Hay muchas cosas que no tienen sentido. Tampoco tiene sentido hablar sin que me escuchen. Yo solo quiero morir. Así como quien muere de mucha vida, tenga sentido o no. Quiero crecer y pasar ya de los cinco. Sea que el sello esté en el hígado, en el vientre, en el páncreas o en el cerebro, quiero morir. Pero estas rejas no me dejan lanzarme, tampoco el sin sentido, ni las luces que se sienten abajo

"Todxs contra PROMESA", resistencia política

Durante el día de hoy sábado, 17 de septiembre de 2016, un grupo de diez (10) personas vestidas de negro, al parecer jóvenes universitarios, irrumpieron en Plaza del Caribe en Ponce para protestar de manera pacífica en contra de PROMESA. El grupo, identificado como “Todxs contra PROMESA”, estuvieron rondando alrededor del centro comercial desde aproximadamente las 10:20am con pancartas alusivas al sector privado y a su monopolio económico, uno de los grandes responsables de la crisis económica en Puerto Rico. Entre algunas de esas pancartas, se advertían mensajes tales como “Esa deuda no es del pueblo, que la pague el capital que la creó” y “Tu banco es intermediario de la deuda”. El grupo se ubicó principalmente frente a las mesas de inscripción electoral y en los distintos bancos ubicados en el interior de Plaza del Caribe, llamando así la atención de las personas que acudían a recibir algún servicio o que pasaban por los alrededores. El grupo de personas fue custodiado por cua

La palabra cosmogónica en la creación maya quiché

            La palabra como significante define y estructura la realidad del sujeto. Bien podría decirse  que la palabra es la búsqueda de aprehensión subjetivante y que es por esto que toda realidad es psíquica. Si nos remontamos a épocas antiguas, advertimos que aún en tiempos remotos la recuperación de la palabra era central para las distintas civilizaciones. El Popol Vuh , por ejemplo, es una muestra de ello. Este texto crítico pretende rescatar brevemente cómo en el Popol Vuh la palabra hecha discurso es la que hace emerger al mundo dándole existencia.             De entrada al primer capítulo de la obra, se habla de un “primer discurso”. Este discurso es el que inicia la creación de la Tierra, de los animales y del ser humano. En este contexto, es el lenguaje lo que da comienzo al proyecto de la creación en la cosmogonía maya quiché. “Llegó aquí entonces la palabra”, la palabra-significante que hace existente todo aquello que permanecía innombrable y en silencio. En el caso

La mía también es jodida

- "He aquí, que así sea, la luz viajera, la puta luz, que aparece en todos lados..." La jodida vida Jeffrey Ramos Somos túneles intermediarios entre la locura y la felicidad. Inaprehensibles, sin sentido, sin historia, con demasiados cuentos sin final. Somos objeto, somos polvo  y gloria minúscula. Somos un pedazo de madera que nada tiene de verde, un riachuelo que olvidó su camino  de regreso. Somos       (o creemos ser) porque así nos quieren, porque así nos moldean, porque así fuimos concebidos      (a imagen y semejanza) y nos conformamos con la ponzoña de una araña que nos cruce y que vuelva cada vez que le dé la gana y que mate en nosotros cuanta vida nos habita en sus microscópicas patas de insecto       (parásito). Somos un túnel  cruzado por la luz, por la puta luz que nunca es nuestra. Somos el olvido de un encuentro con el Otro        con la Otra               (con el espejo

Entre estaciones

Desdén a las manos que me tocan sin yo querer. A esas manos que apresuradas se estorban conmigo en su ruta hacia las manillas o el pasamanos. Salir tarde de la universidad siempre tiene su precio y más cuando se está cerca de Baquedano. El espacio siempre es poco cuando más cansada se está. Y poco es el ánimo de aguantar el empuje de los apresurados de siempre. ¡Cuántos ojos habré esquivado cuando el rostro es inevitablemente cercano! Hoy, súbitamente, entre tantas fechas de entrega, preocupaciones familiares y demás banalidades, me pregunté el por qué del horror en el metro. ¿Porqué el acercamiento es tan ominoso? Si el cuerpo no es más que pedazos de materia, igual al resto de los objetos que nos inundan, las pantallas que nos consumen y lo que nos cubre y descubre a diario. ¿Porqué esquivarse? Acaso nos esquivamos por la maldita costumbre a la fragmentación, por la negación de lo nuestro en el Otro. Heme aquí en el mismo tren de siempre a la misma hora de los eternos nunca q

Monólogo de la Masacre

-A mi Redentor ¿Quién diría que 79 años pasarían tan rápido? Lo olvidamos todo y nos conformamos ahora con pesares que nada tienen que ver con la angustia. A mí también me acribillaron y estando lejos es cuando más siento las balas. Víctor Jara me lo recordó esta vez. El lamento borincano aún se escucha tímido, y teñido en sangre se desliga de la memoria. Ya no tenemos rostro. ¿Qué ha de suceder con lo poco que queda si no recordamos el camino de vuelta? (Ese que tú bien nos señalaste.)  Yo solo recuerdo mi Palmita antes de la Masacre, tan calurosa como siempre. Recuerdo a mami bebiendo agua de coco en el balcón y a mis primos corriendo mientras jugaban al "un, dos, tres, pejca'o". Era posible ser feliz estando en la miseria porque nos teníamos entre nosotros. Pero un rumor de arena invade el resto mnémico y solo siento el calor de las piedras en mis piececitos que siempre anduvieron descalzos. Frente a mí los tubos de acero, la fatiga, el encierro de qui

Lente adentro

Lente adentro hay una ilusión, algo de lo imaginario que se impone en la realidad simbólica para resignificar los objetos a nuestro modo. He aquí la fascinación de quien ve con ojo de asombro la cotidianidad cartesiana. He aquí lo maravilloso revelado por un lente que no sabe de asombro, ni de mentiras, ni de verdades, solo de mundos superpuestos amalgamándose en la historia.

Del dolor: nada me vale.

De nada me vale que me sientas distinta si no es en ti donde mi alma encuentra cobijo. De nada me vale ser pregunta y respuesta a mí misma, si solo soy un enigma que curioso intentas descifrar y te quedas a medias. De nada me vale, cariño, que me llames diosa y arrodillado intentes amarme sin corazón. Estamos lejos y eso no es consuelo aunque te toque. Aunque te bese no siento tu boca, aunque me lo metas no siento tu miembro y tu cuerpo tampoco aunque arrojes todo su peso sobre mí. No me quedo sin aire aunque me estrangules e intentes ahogarme en la cama, ya no tenía aire ni vida antes de conocerte. Este cuerpo muerto me estorba y me estorbas tú. Me estorba también el llanto que no escucho y los gritos que me salen de adentro, a propósito de los sordos de siempre. Algo en mí se agita en vano porque ya no hay corazón de carne que aliente mi pecho, sino una ilusión de símbolos que me emputa esta existencia que no puede llamarse vida. Y me estorba tu cuerpo aunque me produzca orgasmos d

La Isla del Encanto, circo flotante

Puerto Rico es un circo, donde el bufón más idiota es idolatrado por el público. Se vive para reír lo decepcionante y defender lo indefendible. Se nos quema la carpa del circo, pero nos siguen hipnotizando las ilusiones de una magia barata que nos roba no solo la atención, sino también la vida al mismo tiempo. Puerto Rico es ese teatro de segunda donde una Lúgaro con ansias de Trump want to "make Puerto Rico great again"; porque aquí lo que viene "bien" es una Junta de Control Fiscal Federal que beneficie a los bonistas y, para que no se den cuenta, nos tienta con el discurso de "las mejores playas, el mejor ron y la mejor marihuana", ya que aquí se vive de baile, botella y baraja. Somos "pintura y capota", igual de triviales que nuestros gobernantes. No nos importa nuestra historia, porque tampoco nos importa a dónde vamos, si al llegar tenemos los mejores relojes y vestimenta de marca. Somos el hazme reír de una colonia en ascuas que a nadie le

Manoseada

Es de mi vientre que nace Latinoamérica. Es de mis tetas de donde el pueblo rebelde se alimenta porque si no es guerra militar, es guerra económica donde el padrestado siempre se ausenta. Me dejaron ciega con los pezones mordisqueados, con la Amazonia violentada con su pseudociencia, con el asco de su pene restregado por mi rostro y mi cuerpo. ¿Qué rutas habré de seguir ahora? Ahora que solo queda desierto. Ahora que solo resta ceguera. Ahora que me dejaron el sueño estéril y entregada al polvo y abandono de la pobreza. Será mi ruta el mar, más allá, el desierto y aún en el desierto, oasis y altiplano moreno. Será mi boca el grito. Serán mis manos el talismán de la guerra. Será mi cuerpo libre sin manos pecaminosas que lo sostengan. Concebida como estigma de diabla seré la bruja y la cuera. No habrán otras manos que hilvanen mi destino porque solo yo seré diosa, meretriz y dueña. Seré cielo e infierno para acuna

¿Nos incumbe la protesta?

Hablando de paradojas de la vida, hay algo que me alegra, me entristece y me enoja al mismo tiempo. Para comenzar, la unión de lxs estudiantes de la Universidad de Puerto Rico nos está mostrando una vez más lo solidarios que podemos llegar a ser (entiéndase solidaridad en tanto se lucha por una misma causa) y que, en efecto, nuestra juventud está dispuesta a luchar. Me alegra muchísimo ver cómo se gesta el activismo entre los distintos recintos dispuestos a reclamar lo que deberíamos estar reclamando la ciudadanía entera. Ya no es solo el estigmatizado recinto de Río Piedras, sino que casi toda la institución entera se encuentra en paro. Y eso, mis compatriotas, es digno de admirar. Pero veamos un poco más allá del "simple paro"; esto no se puede considerar como algo mínimo, aunque para muchas personas así lo parezca. Para analizarlo,  Foto suministrada por Waldemiro Vélez considero necesario hacer una comparación con el sistema educativo de Chile y el movimiento estud

Autoerotismo como reivindicación

Es importante, como parte de los cuestionamientos feministas modernos, forjar toda una estética radical acerca del cuerpo, una estética que nos devuelva nuestro lugar y nos reivindique. Y precisamente, dentro de estas concepciones me parece pertinente ubicar el autoerotismo. Desde un principio y aún en nuestros días, la mujer ha estado supeditada a la valoración física de sí misma en función del Otro, operando en base al agrado y al placer de los demás. Es común observar a la mujer cosificada como objeto de placer visual-sexual desde los orígenes del arte, por ejemplo. En la actualidad, se ve más claramente cómo somos utilizadas para representar todo tipo de artículos en la publicidad formando parte de una incitación al deseo que nunca es cumplido. [Este punto se aborda un poco más en detalle en “La industria cultural” y “El malestar en la cultura”.] Podríamos decir que se fomenta un deseo, una pulsión con fin inhibido que genera malestar e insatisfacción en la sociedad. Pero he a

Arica Negro: Recuerdos de La Chimba

-" Tengo fe en Chile y su destino... " Salvador Allende Hace dos noches visité el Palacio de la Moneda (Santiago, Chile) y mientras tanto leía la siguiente inscripción en la estatua de Allende ubicada en uno de los costados de la casa de gobierno:  “Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.  En esos momentos me preguntaba: “¿acaso será posible crear un mundo mejor?” Ayer, 12 de febrero de 2016, Santiago se vistió de fiesta, pero la celebración está reservada para unos pocos. Esta realidad se hizo posible frente a mis ojos quizá para sacarme de esas dudas nocturnas que se debatían anoche en mi mente. La “Ilustre” Municipalidad de Santiago ofreció un programa cultural en su inmensa mayoría gratuito para beneficio del público, en el cual se incluía cine, música, teatro, charlas, exposiciones, visitas guiadas, talleres para niños, catas de vino y danza. Claro está, no q

Epílogo narcisista

 -A mis Mujeres Tea Estoy enamorada de mí misma. Sí. Enamorada de mi cuerpo, mi inteligencia, mi fortaleza, mis habilidades, mis defectos y mis virtudes. Llámale narcisismo si quiere. Llámale complejo, ridiculez, arrogancia, estupidez. Llámalo como te dé la gana, porque esta sociedad considera anormal el amor propio y la autovalía. Ya me dijeron que necesito medicación y que debería estar internada en psiquiatría. Se rieron de mí por quererme y amarme. Estoy enamorada de mí misma. Me encantan mis tetas, mi culo, mi vagina, mi pelo, mis ojos, mis pestañas, mi espalda torcida por la escoliosis, mi piel llena de cicatrices por el acné… me encanto a mí misma. Y no necesito de estereotipos de belleza, de piropos y de opiniones ajenas para decir que soy bella, hermosa y radiante. Amo cuando me veo sonreír porque sé que mi sonrisa vale más que tu imagen de mujer perfecta. Amo mis lágrimas porque me anuncian que estoy viviendo. Me amo en risas y en llanto. Estoy enamorada de mí mis

El arte en tiempos de cólera

“cada capítulo es una sala, cada imagen es una pieza  de ese  museo que llamamos Historia”  -Sofía del Pedregal Si bien el título de este artículo remite a Gabriel García Márquez, opto por aludir a la neurosis de sus obras siempre elípticas y en constante relación con esta realidad ‘mágica’ de existir –que no por eso deja de ser trágica.  Bien, hablemos del arte, del arte como historia: “cada capítulo es una sala, cada imagen es una pieza de ese museo que llamamos Historia” (Sofía del Pedregal). Ese arte ‘histórico’ siempre tiene simbolismos y es tarea del lector interpretarlos. Siempre habrá una Historia más allá de la imagen que nos remita a una comunión con nuestra otredad pintada por manos ajenas. Es imprescindible pues, que acudamos a esa Historia nuestra dibujada por extraños para rescatar la sensibilidad que se nos ha negado, esa sensibilidad derruida por la rutina, la velocidad del vivir consumerista, la siempre responsabilidad de vivir para lo superficial tan

Bitácora de viaje: extractos del sur

Caminante, no hay camino se hace camino al andar... -Antonio Machado Quizá estas son unas palabras muy viciadas, repetidas y citadas por una infinidad de veces, pero no hay verdad más cierta que esta. Experimentar la vida desde el extranjero es una manera de redescubrir nuestro país. Una vez te encuentras fuera, en lo que a veces suele ser un exilio obligatorio, cuestionas tu vida, tus costumbres, tu forma de mirar, tu existencia en general y es cuando te das cuenta que queda tanto por descubrir, que te sientes tan ínfimo y tan pequeña en esta vida que en ocasiones se vuelve obsoleta. Encontrarte fuera de tu territorio ancestral es saberte mirar en otros rostros que ya no son los mismos pero que hace mucho eran tuyos sin saberlo; hace mucho eras otredad porque todos somos extranjeros en esta vida. Si bien me embargó una nostalgia inmensa, algo así como una dulce tristeza al partir de Puerto Rico, con tan solo aterrizar en territorio chileno algo dentro de mí me decía que se

Encuentro de narradores del sur

“Para escribir hay que tener algo cimentado en el alma…” - Arturo Pérez Reverte (citado por Jerry Torres Santiago) Como parte del esfuerzo educativo de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR), el pasado jueves, 12 de noviembre de 2015, se llevó a cabo un encuentro de narradores yaucanos que compartieron con el alumnado sus experiencias literarias. El Dr. Manuel Martínez Maldonado, el Lic. Hiram Sánchez Martínez y el Dr. Jerry Torres Santiago deleitaron al público con sus vivencias y ocurrencias en la Corte de Práctica de la Escuela de Derecho de la PUCPR, Recinto de Ponce. Además, le brindaron al público una reseña breve acerca de algunas de sus novelas más recientes, muchas de ellas galardonadas con premios nacionales e internacionales. Entre sus obras figuran las novelas El imperialista ausente , Casi siempre fue abril y El señor del fuego respectivamente, todas estas publicadas durante el año 2014. Los escritores conversaron principalmente

Reflejo del alma mía

-A Alexsandra García, por ser musa y entera mujer en ella misma. Te siento muy mía aunque sé que eres de nadie. Te siento cercana cuando los llantos se hacen unísonos en la enfermedad y en la pobreza. Te siento como espejo de mi más honda nobleza. Me veo en ti cuando sonríes, adorada musa de mi pecho. Quizá una lágrima te espante y te quite el aliento el alba, pero rejuveneces, querida, con cada bravura, con cada nostalgia. De nuevo las letras se arrodillan por tu libertad y coraje. Quieren verte entera, como siempre, niña, mujer y madre. Vuelvo a delirar. Vuelvo a sentirte mía. Ilusa yo que te pretendo mortal. Ilusa por creerte presa de mi egoísmo si naciste libre, más libre que la propia libertad.