Es de mi vientre
que nace Latinoamérica.
Es de mis tetas
de donde el pueblo rebelde se alimenta
porque si no es guerra militar,
es guerra económica donde el padrestado siempre se ausenta.
Me dejaron ciega
con los pezones mordisqueados,
con la Amazonia violentada con su pseudociencia,
con el asco de su pene
restregado por mi rostro
y mi cuerpo.
¿Qué rutas habré de seguir ahora?
Ahora que solo queda desierto.
Ahora que solo resta ceguera.
Ahora que me dejaron el sueño estéril
y entregada al polvo y abandono de la pobreza.
Será mi ruta el mar,
más allá,
el desierto
y aún en el desierto,
oasis y altiplano moreno.
Será mi boca el grito.
Serán mis manos el talismán de la guerra.
Será mi cuerpo libre
sin manos pecaminosas que lo sostengan.
Concebida como estigma de diabla
seré la bruja y la cuera.
No habrán otras manos que hilvanen mi destino
porque solo yo seré diosa, meretriz y dueña.
Seré cielo e infierno
para acunar en mí todos los pilares de mis reinas prietas.
Y en la blancura de mis abuelas
reivindicaré sus santidades eternas
para ser UNA
como lo somos en nuestras quimeras:
farahonas del desierto
que florecen en toda estación
calmando la sed de nuestras arenas.
calmando la sed de nuestras arenas.
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