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Mostrando las entradas de junio, 2017

Aelía: de poesía indoméstica

Las Musas Descalzas, colectivo poético dedicado a la gestión cultural, le invitamos a un recital poético " Aelía: de poesía indoméstica" (un homenaje a Anjelamaría Dávila Malavé),  donde haremos eco de la poesía de Anjelamaría mediante diversas interpretaciones artísticas. Contaremos, además, con la participación de Aurelio (Yeyo) Lima, hijo de la homenajeada, la actriz Anamín Santiago y las poetas invitadas: Mary Ely Marrero, Francheska Lebrón y Jessika Reyes Serrano.  El acto se llevará a cabo el sábado, 8 de julio de 2017, a partir de las 6:30 pm en el Centro Cultural Carmen Solá de Pereira, ubicado en la Calle Cristina del municipio de Ponce. Para mayor información, puede acceder al evento en Facebook  aquí . Le esperamos, Ketsia Ramos Organizadora/Relacionista pública de Las Musas Descalzas.

46 motas de humo: una antología poética

- "solo hay que ceder cuando suelta el hilo que te amarra de la piel..." (Cultura Profética) Cuarenta y seis motas e inhaladas de humo habitan en las páginas de una antología poética que reúne las voces a coro de ocho bocas. El humo se transforma y se convierte en gritos, adioses, artesanías, incertidumbres, versos, espejos del yo o de los otros; en una pantalla fragmentada por la televidencia diaria. Yo me resisto desde mi "guerra de humo y plomo", como diría Víctor Ferrigno. Aparezco manoseada y gritando, pero también cantando y bailando. Otras poetas nacen en estas páginas desde el desamor y el erotismo, construyendo así nuestra poesía como la única locura útil para sobrevivir a cualquiera de los holocaustos modernos. Decía Luis Ortega que nos estamos quemando, que nos consumen nuestras luchas y que nuestros poemas "son el producto de una invitación a percatarnos". Las letras aquí recopiladas nos llevan del desierto a la casa, del batey

¿buenos? aires

Ya no sé qué extraño, si alguna luz de mentira, alguna gaviota taciturna o algún párpado sin nombre en la oscuridad de la mañana. La turbulencia me hace pensar en rostros que apenas recuerdo, como si andara cayendo en paracaídas y las nubes se hicieran hielo en mis narices para entorpecerme la vista. ¿En qué puerto podré encontrar lo innombrable? Acaso seré otra María Nadie en eterno peregrinaje. Acaso la mampara está ahí para condenarme y hacerme estigma sin cuerpo y sin alma. Sin palabras. Solo conozco la vida desde la herida, desde el quebranto y lo dividido en eterna caída, desde el paracaídas que nunca se abre a tiempo y me destruye la cara contra el suelo. Solo conozco la vida desde el encuentro con el acero, desde el silencio de los planetas que no se mueven y las atmósferas contaminadas por el aguacero de desechos. Ya no sé qué vivo, si vida o muerte, o algún estado a medias. Ya no sé qué espero, si solo sé vivir a destiempo. Ya no sé qué adoro, si todos los dioses han muerto.

Precipicios

mi coño maldito te pide siempre lo mismo       y tú no contestas   un beso labio a labio       mojado un pedazo de boca       ardiendo un atisbo de tu lengua   en llamas mi crica sedienta te espera siempre inmensa   y tú nunca llegas carne sola       dedo adentro   no contestas una cuerpa seca que se desgasta mustia   hecha carne muerta otoñada yo   / p i e r n a s    a b i e r t a s \ venas h i n c h a d a s d   e   s    m     e      m       b        r         a          d           a