"Descalza, siempre desnudando su alma con poesía…" Así se me presenta siempre como una ilusión óptica de diosa terrenal, siempre aferrada a la naturaleza con sus pies de musa. Viento Serena, libre como ella misma, nos regala en su libro “En el espejo de mi cuerpo” la multiplicidad de rostros y mujeres que es en sí: mujer tea, musa descalza y diosa matria. Lala García, apodada así por quienes la sentimos nuestra, nos hace creer siempre que la escuchamos y la leemos por vez primera. Cada palabra, cada verso y poesía nace entonces renovado en su boca, en sus manos y aún en su cuerpo, con plurisignificaciones y alusiones a miradas alternas de este mundo siempre imperfecto. Como diría Amelia López, “en un mundo donde todos escriben para ocultar lo que se es, ella escribe precisamente para mostrarlo”, para mostrarse. Y no hallo acción más honesta que esta: la entrega de sus vivencias, pesares, alegrías, corajes, pasiones e identidades, a través de su poemario. Est