"Que mi Amado es para mí
y yo soy para mi Amado..."
-Santa Teresa de Ávila
Desde los comienzos de la fenomenología feminista, se ha atacado fervientemente al cuerpo religioso. Las doctrinas religiosas –principalmente católicas- imperantes en Latinoamérica han perpetuado a lo largo de los años una visión sumisa, acallada, utilitaria y violentada de la mujer. Surge entonces el feminismo como una manifestación reaccionaria a estas ideologías y poderes hegemónicos. Sin embargo, dentro de estos estratos religiosos se han levantado grandes precursoras del tratamiento justo hacia las mujeres que estos movimientos feministas han echado a un lado.
Este es el caso de Santa Teresa de Jesús, quien erigió toda una extensa gama de poemas y cartas en una infinidad de temas. Considero que aquí se implanta todo un misticismo feminista en tanto Santa Teresa utiliza las imágenes poéticas y el lenguaje nupcial para develar otra mirada sin pretensiones paternalistas de la divinidad cristiana, como había sucedido hasta su época. Tengamos en consideración que, además de encontrarse en un ambiente machista regido únicamente por hombres, Santa Teresa escribía estos textos bajo el sistema opresor de la Inquisición. La Santa remite a asuntos de la Reforma, las cuestiones familiares, la atención al cuerpo, la vida espiritual y a ella misma en una época en la cual la opinión de la mujer no era legítima y, aquella que la expusiera, se arriesgaba a ser considerada bruja y/o hereje (las acusaciones eran utilizadas según la conveniencia de quien la impusiera). De hecho, Teresa colaboró en la redacción de “Las Constituciones” (reglamento complementario a la Regla del Carmen que orienta el ser y quehacer de los conventos de las Descalzas). Durante los años de 1572 a 1573, la Santa también abogó por los desvalidos al proponer que los caballeros del Estado ofrecieran su ayuda a enfermos, ancianos, humildes, poco letrados, etc.
Es decir, que la gestión de esta santa católica dentro de los altos círculos religiosos representa una reivindicación de la mujer. Fue una voz femenina importante en su quehacer religioso y luchó por el trato digno de los más desfavorecidos. Y colocándonos en contexto, fue una gran gesta feminista para la época en que se encontraba.
No obstante, esto es solo una nota al calce y da pie a posibles análisis futuros.
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