Parte de mi labor como ciudadana consciente de la crisis fiscal que atraviesa Puerto Rico es informar, movilizar y educar al pueblo lo más que pueda, sea a través de Internet, eventos artísticos, literarios, educativos y culturales.
Me inquieta grandemente el hecho de que los principales rotativos del país -Primera Hora, El Nuevo Día, Índice- están obviando nuestra realidad de pueblo y optan por publicar noticias acerca de Kanye West en una presentación artística en Toronto, las estadísticas electorales de Estados Unidos, la muerte de una mujer en China, entre otras irrelevancias, mientras el pueblo está siendo convocado a un PARO NACIONAL por nuestros camioneros. Sabemos muy bien que corporaciones como GFR Media -la cual es propietaria de los mencionados periódicos- se vería afectada por una protesta masiva en contra del monopolio político y la represión a la clase trabajadora. A esto se le llama control mediático. Ya conocemos hace mucho sobre el amarillismo que invade las noticias parcializadas de nuestra prensa (que de prensa tiene muy poco) y ahora, para colmo, intentan silenciar los reclamos de los ciudadanos. Es imperativo que nos tiremos a la calle a protestar, que se cierren los negocios, las universidades, las escuelas, los centros comerciales y todo local, para inundar las calles de San Juan en un solo reclamo contra las injusticias. No se trata de colores ni partidos. Este paro nacional se trata sobre dignidad humana que merecemos como pueblo. Ya basta de austeridad. Ya basta de amiguismo político. Quien quiera una posición política que doble rodillas trabajando por el pueblo, que sude como lo hacemos nosotros trabajando día a día por llevar el pan a nuestra mesa.
Lamentablemente, se han ocupado de sacar el dinero de nuestros bolsillos para dárselo a los bonistas -empresarios millonarios que viven de nuestra pobreza. ¿Y quién protesta? Unos cuantos universitarios que se queman bajo el sol para luego recibir las críticas de todo el mundo y ser catalogados de salvajes. ¿Acaso no se dan cuenta? ¿Protestar por nuestros derechos nos hace salvajes? No. Ser un salvaje es pretender que familias de escasos recursos paguen un 11.5% de impuestos mientras la corporación multimillonaria no paga un centavo. Ser un salvaje es cerrar las escuelas rurales y pretender que esas familias gasten lo poco que les queda para enviar a sus hijos e hijas a una escuela que queda lejos de su hogar. Ser salvaje es dejar sin empleo y sin esperanzas a miles de trabajadores y trabajadoras, regalarle millones de dólares a los organizadores de las campañas políticas y lucrarse de nuestra enfermedad porque hasta la salud es un negocio para ellos.
Más salvaje es quien permite estos atropellos y no hace nada por cambiarlo, quien se queda en su casa sentado o sentada frente al televisor burlándose de quienes protestan para que mañana no le expropien la casa. Más salvaje es quien no abre la boca y se queda esperando el latigazo. Unámonos todos y todas desde ahora, movilicemos a nuestras comunidades para marchar la tercera semana de septiembre hasta el Capitolio. Que todo se cierre y que se vean sin salida porque el pueblo es el soberano y NOSOTROS DECIDIMOS DETENER EL ABUSO. No tengamos piedad con el despiadado.
Me inquieta grandemente el hecho de que los principales rotativos del país -Primera Hora, El Nuevo Día, Índice- están obviando nuestra realidad de pueblo y optan por publicar noticias acerca de Kanye West en una presentación artística en Toronto, las estadísticas electorales de Estados Unidos, la muerte de una mujer en China, entre otras irrelevancias, mientras el pueblo está siendo convocado a un PARO NACIONAL por nuestros camioneros. Sabemos muy bien que corporaciones como GFR Media -la cual es propietaria de los mencionados periódicos- se vería afectada por una protesta masiva en contra del monopolio político y la represión a la clase trabajadora. A esto se le llama control mediático. Ya conocemos hace mucho sobre el amarillismo que invade las noticias parcializadas de nuestra prensa (que de prensa tiene muy poco) y ahora, para colmo, intentan silenciar los reclamos de los ciudadanos. Es imperativo que nos tiremos a la calle a protestar, que se cierren los negocios, las universidades, las escuelas, los centros comerciales y todo local, para inundar las calles de San Juan en un solo reclamo contra las injusticias. No se trata de colores ni partidos. Este paro nacional se trata sobre dignidad humana que merecemos como pueblo. Ya basta de austeridad. Ya basta de amiguismo político. Quien quiera una posición política que doble rodillas trabajando por el pueblo, que sude como lo hacemos nosotros trabajando día a día por llevar el pan a nuestra mesa.
Lamentablemente, se han ocupado de sacar el dinero de nuestros bolsillos para dárselo a los bonistas -empresarios millonarios que viven de nuestra pobreza. ¿Y quién protesta? Unos cuantos universitarios que se queman bajo el sol para luego recibir las críticas de todo el mundo y ser catalogados de salvajes. ¿Acaso no se dan cuenta? ¿Protestar por nuestros derechos nos hace salvajes? No. Ser un salvaje es pretender que familias de escasos recursos paguen un 11.5% de impuestos mientras la corporación multimillonaria no paga un centavo. Ser un salvaje es cerrar las escuelas rurales y pretender que esas familias gasten lo poco que les queda para enviar a sus hijos e hijas a una escuela que queda lejos de su hogar. Ser salvaje es dejar sin empleo y sin esperanzas a miles de trabajadores y trabajadoras, regalarle millones de dólares a los organizadores de las campañas políticas y lucrarse de nuestra enfermedad porque hasta la salud es un negocio para ellos.
Más salvaje es quien permite estos atropellos y no hace nada por cambiarlo, quien se queda en su casa sentado o sentada frente al televisor burlándose de quienes protestan para que mañana no le expropien la casa. Más salvaje es quien no abre la boca y se queda esperando el latigazo. Unámonos todos y todas desde ahora, movilicemos a nuestras comunidades para marchar la tercera semana de septiembre hasta el Capitolio. Que todo se cierre y que se vean sin salida porque el pueblo es el soberano y NOSOTROS DECIDIMOS DETENER EL ABUSO. No tengamos piedad con el despiadado.
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