La historia de nuestra Isla del Encanto tras el 25 de julio está llena de sangre y represión. Por tal razón, Las Musas Descalzas decidimos realizar una actividad en la cual recitáramos poemas de nuestra autoría y de nuestrxs grandes poetas revolucionarixs para traer a la memoria los fatídicos eventos ocurridos a través del tiempo. "Un café por la patria" conmemoró las muertes de nuestros jóvenes masacrados en Cerro Maravilla, el engaño del Estado Libre Asociado (estatus político actual de Puerto Rico), la invasión estadounidense y todas las demás muertes, masacres y represiones contra el pueblo.
Mensaje de nuestra musa, Lala García, al momento de comenzar la actividad es el siguiente:
Cada vez que me toca hablar o recordar este suceso tan doloroso, es volver a sentir que muero un poco. Es la indignación de continuar luchando contra las injusticias de los gobiernos que aún no se deciden por nuestra Patria, la que me hace dudar si en realidad estamos vivos o solo sobrevivimos en un letargo adolorido. He tratado en varias ocasiones escribir acerca de este asesinato, sin que se pinte de color el mismo, más creo que es algo casi utópico. Y es que escribir sobre la emboscada a mis muchachos, Carlos y Arnaldo, tiene que estar pintada de los colores de una Patria que ondula aun sin ser soberana, y decir esto, camaradas, es ya aceptar que tengo el machete en el cuero y que mi frente de Matria no ha tocado ni tocará el suelo.
Hoy, a treinta y siete años del asesinato en el Cerro, aún sigue sin esclarecerse el mismo. Fue un día como este, que el Sr. Carlos Romero Barceló (gobernador de Puerto Rico en ese entonces) dio la orden de proceder con el asesinato de los jóvenes nacionalistas, y que horas más tarde declarara héroes nacionales a los asesinos. Un día como hoy, a quema ropa, unos policías liderados por el FBI, dieron muerte a estos jóvenes, declarando que estaban actuando en defensa propia. ¿En defensa propia? Ambos jóvenes de rodillas y con sus manos atadas... Jóvenes que fueron golpeados brutalmente antes del tiro de gracia o desgracia. ¿Cuándo estuvieron en riesgo los asesinos? ¿De qué se defendieron? ¿Por qué se defendieron? Cobardes.
Entonces comienza el circo. Desfile de mentiras y verdades a medias que fueron transmitidas por el canal de pueblo. Tratando de lavarle la cara a los responsables de este suceso y de mantener a la ciudadanía en la niebla del coloniaje.
“Nuestro pueblo se estremeció ante la tragedia y reclamó justicia. El Gobernador ordena una investigación de encargo que termina con la exoneración de los policías involucrados. La inmensa mayoría del pueblo repudió esa engañosa investigación. Continuaron los reclamos de verdad y justicia. En esas circunstancias que, años más tarde el Senado de Puerto Rico (bajo la mayoría del Partido Popular Democrático), con la colaboración entusiasta del movimiento independentista, realiza una excelente investigación bajo la dirección del fiscal Lic. Héctor Rivera Cruz. Investigación histórica que llegó a las siguientes conclusiones: Que lo ocurrido en el Cerro Maravilla era un crimen abominable. Que los hechos habían sido planificados por la Policía con el conocimiento del Gobernador de Puerto Rico. Que la motivación de los asesinatos había sido de naturaleza política; es decir que era para darle un "escarmiento a los independentistas". En el Senado primero y luego en el juicio varios policías, atormentadas sus conciencias, confesaron sus horribles crímenes. Además se presentó el testigo ocular, el valiente don Julio Ortiz Molina. Con toda esa evidencia los policías fueron encontrados culpables y condenados a largas condenas de cárcel.
Los jóvenes Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví entraron a nuestra historia como mártires de la lucha por la independencia de Puerto Rico.”
Las palabras anteriores son del compañero cagüeño Juan Manuel Mercado Nieves, sacadas de su ensayo El 25 de julio en nuestra historia.
Es que el 25 de julio en las páginas de Puerto Rico, ha sido una mancha constante.
Hoy, a treinta y siete años del asesinato en el Cerro, aún sigue sin esclarecerse el mismo. Fue un día como este, que el Sr. Carlos Romero Barceló (gobernador de Puerto Rico en ese entonces) dio la orden de proceder con el asesinato de los jóvenes nacionalistas, y que horas más tarde declarara héroes nacionales a los asesinos. Un día como hoy, a quema ropa, unos policías liderados por el FBI, dieron muerte a estos jóvenes, declarando que estaban actuando en defensa propia. ¿En defensa propia? Ambos jóvenes de rodillas y con sus manos atadas... Jóvenes que fueron golpeados brutalmente antes del tiro de gracia o desgracia. ¿Cuándo estuvieron en riesgo los asesinos? ¿De qué se defendieron? ¿Por qué se defendieron? Cobardes.
Entonces comienza el circo. Desfile de mentiras y verdades a medias que fueron transmitidas por el canal de pueblo. Tratando de lavarle la cara a los responsables de este suceso y de mantener a la ciudadanía en la niebla del coloniaje.
“Nuestro pueblo se estremeció ante la tragedia y reclamó justicia. El Gobernador ordena una investigación de encargo que termina con la exoneración de los policías involucrados. La inmensa mayoría del pueblo repudió esa engañosa investigación. Continuaron los reclamos de verdad y justicia. En esas circunstancias que, años más tarde el Senado de Puerto Rico (bajo la mayoría del Partido Popular Democrático), con la colaboración entusiasta del movimiento independentista, realiza una excelente investigación bajo la dirección del fiscal Lic. Héctor Rivera Cruz. Investigación histórica que llegó a las siguientes conclusiones: Que lo ocurrido en el Cerro Maravilla era un crimen abominable. Que los hechos habían sido planificados por la Policía con el conocimiento del Gobernador de Puerto Rico. Que la motivación de los asesinatos había sido de naturaleza política; es decir que era para darle un "escarmiento a los independentistas". En el Senado primero y luego en el juicio varios policías, atormentadas sus conciencias, confesaron sus horribles crímenes. Además se presentó el testigo ocular, el valiente don Julio Ortiz Molina. Con toda esa evidencia los policías fueron encontrados culpables y condenados a largas condenas de cárcel.
Los jóvenes Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví entraron a nuestra historia como mártires de la lucha por la independencia de Puerto Rico.”
Las palabras anteriores son del compañero cagüeño Juan Manuel Mercado Nieves, sacadas de su ensayo El 25 de julio en nuestra historia.
Es que el 25 de julio en las páginas de Puerto Rico, ha sido una mancha constante.
- En el 1898, nos invade la Marina de los Estados Unidos, y hasta el sol de hoy, seguimos invadidos por las garras de ese imperio, seguimos en las manos del coloniaje.
- Durante 1952, firmamos el pacto con esta muerte constante que nos despelleja: El Estado Libre Asociado de Puerto Rico. El día del gran engaño a nuestro pueblo, obra maestra de la tiranía del gobierno estadounidense en complicidad con el PPD, un intento inútil de borrar de la historia la tragedia de la Invasión Yanqui del 25 de julio de 1898. Para que conste, en ese momento histórico los partidos Independentista y Nacionalista, dirigidos por los próceres Dr. Gilberto Concepción de Gracia y el Dr. Pedro Albizu Campos denunciaron y repudiaron esa farsa que traicionaba nuestra Patria. Así salvaron el honor de nuestro pueblo. Muy pronto el tiempo se encargaría de demostrar que tal embeleco no era ni estado, ni libre, ni asociado. Que lamentablemente nuestra nación ha continuado como territorio colonial sujeto a la coacción arbitraria de leyes del Congreso de los Estados Unidos.
25 de julio de 2015
Orocovis, Puerto Rico
Lala García (Viento Serena)
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