Las patriotas no mueren;
laten eternas en el corazón
de la Matria revolucionaria.
Se nos fue Antonia, pero nos quedaba Eduardo. Quedaba su pecho enorme.
Eduardo Cruz Vélez, quien sobreviviera a la misma masacre que le arrebató la vida terrenal a nuestra querida Antonia Martínez Lagares, trascendió en cuerpo y espíritu el 4 de mayo de 2017, cuyo referente parece todavía una fecha muy cercana, casi como si fuese ayer.
Eduardo dejó en nosotras su último sello -como diría Manolo Coss- y es precisamente por esa gesta de Eduardo, que Las Musas Descalzas junto a Todos Somos Pueblo y EDUCAMOS le rendimos un homenaje póstumo en el Parque Pedro Albizu Campos el jueves, 25 de mayo de 2017. Nuestra musa Solimar Ortiz Jusino fungió como oradora del evento y entre quienes participaron en el homenaje, figuran el Padre Pedro Ortiz, la Escuela de Bomba y Plena Isabel Albizu, Poetas en Marcha, José Víctor Madera, David Santiago, Ketsia Ramos (esta servidora), el Coro de la UPR-Ponce, entre otras. Sin duda, todas fueron presentaciones excelentes, pero, de todas las palabras pronunciadas, su nieta Sarah nos colmó de ternura. Sarah Dalilah, la musa más joven del colectivo, declamó su poesía con un llanto silencioso en sus pequeños y hermosos ojitos que se humedecían soñando con abrazar de nuevo a su abuelo. Al terminar, su abrazo tras la tarima me recordó que Eduardo me decía que yo también era su nieta.
Recuerdo que Eduardo siempre estuvo dispuesto a colaborar con las estudiantes, a hacer alianzas, a organizar manifestaciones y piquetes, a ofrecer sus recursos y, más que eso, a estar presente siempre. Lo recuerdo allí, en los portones, en las reuniones de Todxs contra PROMESA. Lo recuerdo en la huelga. Eduardo renació aquel 4 de marzo del 1970. Renació de la lucha estudiantil y se convirtió en un proyectil a la inversa que respondió hasta el último suspiro al ataque represor que aquella vez le hicieron en Río Piedras.
No nos despedimos, sino que guardamos el recuerdo de su pecho en el nuestro para continuar con la obra que nos legó a pesar de los disparos, el lacrimógeno, el carpeteo, la represión. No nos despedimos, sino que velamos por su nieta para que continúe levantando su pequeño puño al cantar la Borinqueña.
- Ketsia Ramos
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El pecho enorme de Eduardo Cruz.
Eduardo Cruz (izquierda) junto a Rafael Cancel Miranda (derecha) |
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